Llega noviembre y, con él, el Smart City Expo World Congress, la gran ocasión para conocer (y reconocer) a las ciudades inteligentes de todo el mundo: desde las que son primeras en el ranking hasta las que aspiran a serlo, pasando por las que están en camino.
Es ya la sexta edición y, desde que nació el SCEWC, las cosas han cambiado mucho. Para todos nosotros, para nuestras sociedades y para el mundo en general. Es probable que nunca en la historia se haya ido tan rápido en tan poco tiempo, en cuanto a innovación tecnológica se refiere; desde luego, nunca tanto en lo que concierne al mundo llamado ‘smart’.
Dicen que estamos en la llamada Cuarta Revolución Industrial. Aunque el nombre de las épocas, de las grandes manifestaciones culturales del hombre, necesitan perspectiva temporal para que el apodo le acabe cuadrando, está claro que si la primera se dio a finales del s XVIII y primeros del XIX (la máquina de vapor); la segunda, a finales del XIX (la electricidad) y la tercera en el XX (internet), la cuarta nos pilla en este primer cuarto del siglo XXI marcada por el desarrollo de la inteligencia artificial. O sea, la robotización y la interconexión entre las propias máquinas. Llevado esto al capítulo de la pura producción, se traduce en el término Industria 4.0.
Sea como sea, llamémosla como la llamemos, esta cuarta revolución del ser humano está siendo tan o más disruptiva que lo que supuso la primera para quienes la vivieron, hace ya más de dos centurias. Tenemos ahora smartphones con los que habrían soñado los pioneros astronautas de la NASA, podemos comunicarnos globalmente al instante, ya no queda apenas nada por descubrir dentro del terráqueo… nada que ocurra y que no afecte a todos los terrícolas.
Y sin embargo, es en este momento cuando más cuidado ha de tener el hombre para que su ansia de mejora, su poder intelectual, su capacidad de inventiva, no se le vayan de la mano. La tendencia a agruparse, el fenómeno urbano, ha convertido nuestras ciudades en el escenario donde vive/vivirá la mayor parte de la humanidad, cerca ya de los 7.000 millones de habitantes. Es por eso que esas ciudades han de transformarse en ciudades inteligentes afrontando los grandes retos que se les plantea. Es por eso, también, que esta sexta edición del SCEWC debe servir para dar un nuevo paso adelante hacia un futuro que ha de ser mejor. Para todos.
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