Se va imponiendo la idea de que más que ciudades inteligentes, habría que hablar mejor de una gestión inteligente de las ciudades. Así lo expresa el propio presidente y fundador de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), que además es alcalde de Santander, Íñigo de la Serna. También lo defendió Antonio Díaz Méndez, director del curso ‘Los Retos del Municipalismo en el siglo XXI’ en el apartado ‘Gestión inteligente de ciudades y de un nuevo municipalismo’.
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En principio, y según los que saben, para ser una ciudad inteligente en España (y posiblemente en todo el mundo) se necesita cumplir estos siete 7 requisitos básicos, a modo de hoja de ruta para avanzar en esa gestión inteligente de ciudades, que de forma natural deben liderar los ayuntamientos.
1. Tener clara la estrategia, el proyecto de ciudad que se quiere para el futuro. A veces se le llama plan estratégico, pero puede adaptar otras muchas formulaciones. Significa tener claro el propósito, la visión y además actualizarla sistemáticamente.
2.-Construir un modelo de gobernanza para una gestión relacional de la ciudad. Ahora tiende a confundirse con la cooperación público privada (CPP), pero ésta es solo una faceta de este modelo, que pasa por implicar a la sociedad civil, a entidades, empresas y ciudadanos. Un pequeño detalle: necesita mucha participación y liderazgos inteligentes (Alcaldes Smart).
3.-Tener un sistema de gestión eficiente. A veces se le ha llamado sistema gerencial, otras de calidad, y puede adoptar diferentes formulaciones, a condición de medir sus resultados y conseguir estándares de productividad cercanos o mejores a la media de nuestro entorno. En este momento es prioritario reformular estructuras y muchos “procesos de servicio” que han quedado obsoletos en los Ayuntamientos.
4.-Tener una potente base tecnológica lo más integrada posible. Muy relacionado con el punto anterior, pues sólo se podrá avanzar en aquellas ciudades que dispongan de sistemas de gestión y bases de datos suficientemente integradas. Esto permitirá además realizar una adecuada gestión del conocimiento y de la colaboración interna y externa, clave para el éxito.
5.-Tener equipos motivados y directivos profesionales. Serán una mezcla de burócratas tradicionales reciclados, junto a profesionales de las áreas del bienestar y los servicios urbanos. En fin, un mix de laborales y funcionarios, fijos y eventuales, cada vez más polivalentes y con una alta cualificación. Tendrán que saber convivir y trabajar eficazmente con equipos externos al Ayuntamiento. Para ello necesitaremos altas capacidades técnicas y sobre todo directivos cualificados, alejados tanto del clientelismo partidista como del corporativismo funcionarial.
6.-Obrar con transparencia, apertura responsable de datos, y una auténtica rendición de cuentas on-line. Parte de lo que estamos llamando gobierno abierto. Abrir la colaboración y la participación por todos los canales, incluidas las redes sociales. Si se van cumpliendo los requisitos anteriores, y en esa misma progresión, esto será relativamente fácil y sencillo. De lo contrario será complicadísimo y ortopédico.
7.- Sostenibilidad del modelo territorial, con servicios urbanos mucho más eficientes. Esto afectará a los ritmos de crecimiento y al consumo de recursos básicos: económicos, sociales y ambientales. Por aquí aparecerán muchos “smart projects”, y oportunidades de colaboración público privado. Para ello se necesita emprendedores y empresas inteligentes y socialmente responsables con las que hacer alianzas estables (más que negocios puntuales).